miércoles, 24 de junio de 2009
Dos Meses con Sorpresas..!
La magnífica Semana Pirata tendrá lugar en Panfu. Visita el nuevo Pirata Bar y rompe un vaso contra la pared como si fueras un bávaro!Pronto podrás enseñar trucos con los caballos. Si quieres, puedes cabalgar por todo Panfu.Diviértete más con un Bolly o con un Wooby. ¡Habrá nuevas funciones!Consigue una casa del árbol todavía más grande con más de una habitación. ¡Pronto se convertirá en un castillo!¡La construcción que tiene lugar al lado del lago está avanzando muy rápido y pronto un gigante ************ se abrirá para ti! No te podemos decir de momento lo que es, pero si te decimos que será grande y muy cool!
Max se ha ofendido
Queridos Pandas,
¿qué tal os va?A mi ahora mismo no me va muy bien que digamos. Me he peleado con Max. Ayer estuvimos juntos en la fiesta Pirata y todo iba bien. ¡Fue superdivertida!

¿qué tal os va?A mi ahora mismo no me va muy bien que digamos. Me he peleado con Max. Ayer estuvimos juntos en la fiesta Pirata y todo iba bien. ¡Fue superdivertida!

Se hizo tarde y a mí me entró un poco de frío. Pero no dije nada, porque no quería ser una quejica. Y de repente ¡PLATCH! Max me lanzó una bomba de agua. ¡Me dejó empapada de pies a cabeza! Y como ya antes tenía frío, después de eso pues mucho más. Le grité a Max: “¡Qué haces! ¡Te has pasado! Ahora estoy empapada, ¿no lo ves?”. Pero Max simplemente arrugó su cara y se marchó a casa. ¡Estaba totalmente ofendido!.Hoy aún no le he visto. OK… le grité un poco, pero ¿es esa razón suficiente para irse corriendo totalmente ofendido? ¿Qué pensáis vosotros? Espero que se le pase pronto, si no…
P.D.: Hoy estuve abajo en la cueva y sin querer tropecé con el cable de la máquina de objetos raros… Se desenchufó y tuve que encenderla de nuevo: ¡ups! Yo creo que ahora volverá a producir el objeto secreto de esta semana, así que ¡mantened los ojos abiertos! ¡Y por favor no digáis a nadie en Panfu lo que pasó!
¿Quién se apunta a una fiesta de pijamas?
¡Buenísimos días, queridos pandas!
¿Habéis dormido bien? Decidme, ¿qué ropa os ponéis para ir a la cama? ¿Un pijama, un camisón?

¿Habéis dormido bien? Decidme, ¿qué ropa os ponéis para ir a la cama? ¿Un pijama, un camisón?
Pues yo me pongo un camisón de Panfu verde.
Ella, eso ya lo sabe todo el mundo, te hice una foto, ¿recuerdas?. Cuando andabas sonánbula.
Ah sí… Ya me acuerdo, sí.
Mañana habrá divertida ropa para irse a la cama. Y tienen esta pinta:


Se me ha ocurrido una idea: ¡éste es el accesorio perfecto para celebrar una fiesta de pijamas! ¿No os parece?
¡Es una idea genial! ¿Quizá a alguno de vosotros le apetece organizar una fiesta de pijamas en su casa del árbol?
¡Pero primero la fiesta pirata! ¿Quizá nos encontremos todos en la isla? Pero tened en cuenta que sólo los pandas que han finalizado la aventura de los piratas pueden ir a la isla.
Max y Ella a la búsqueda del papagayo azul / Parte 3
Queridos Pandas,¿queréis saber de dónde venía el graznido que oímos procedente del bosque encantado?.
¡Pues sí, no era otro sino el papagayo de Pandabaeard¡ Pero seguro que os lo habíais imaginado, ¿no?.
¡Sí, el papagayo vivía! Aún … ¡Estaba atrapado en la tela de la araña gigante! Seguro que vosotros también la habéis visto en el boscque encantado. Da bastante asco, ¿verdad?. ¡Y la araña se dirigía directa al papagayo!.
“¡Max, haz algo! ¡No queda mucho tiempo!”, grité a Max presa del pánico.
Pero yo tenía todo bajo control… Je je OK, lo reconnozco, yo también estaba aterrorizado. Pero me acordé de que la araña gigante era especialmente sensible a las cosquillas. Así que empecé a hacerle cosquillas con las plumas del papagayo que encontré por el suelo. Os puedo asegurar que no fue fácil: ¡la araña tenía al menos 6 patas!
Mientras Max distraía a la araña yo aproveché para rescatar al papagayo.
Despúes abandonamos a toda prisa el bosque encantado y corrimos hacia el bar Pirata.

Pandabeard se puso muy contento al volver a ver a su papagayo. En agradecimiento nos invitó a un par de vasos de limonada. Cuando le contamos la historia de la araña gigante con cosquillas se partió de risa. Aunque para mí fue más una historia de terror, no algo tan gracioso. ¿Qué os parece a vosotros?
Aj, tampoco era tan terrible, Ella. Tú estabas conmigo, y yo sabía qué había que hacer
Y ahora te crees un héroe, ¿no?. Bueno, la verdad es que fue muy valiente por tu parte.
¡Pues sí, no era otro sino el papagayo de Pandabaeard¡ Pero seguro que os lo habíais imaginado, ¿no?.
¡Sí, el papagayo vivía! Aún … ¡Estaba atrapado en la tela de la araña gigante! Seguro que vosotros también la habéis visto en el boscque encantado. Da bastante asco, ¿verdad?. ¡Y la araña se dirigía directa al papagayo!.
“¡Max, haz algo! ¡No queda mucho tiempo!”, grité a Max presa del pánico.
Pero yo tenía todo bajo control… Je je OK, lo reconnozco, yo también estaba aterrorizado. Pero me acordé de que la araña gigante era especialmente sensible a las cosquillas. Así que empecé a hacerle cosquillas con las plumas del papagayo que encontré por el suelo. Os puedo asegurar que no fue fácil: ¡la araña tenía al menos 6 patas!
Mientras Max distraía a la araña yo aproveché para rescatar al papagayo.
Despúes abandonamos a toda prisa el bosque encantado y corrimos hacia el bar Pirata.

Pandabeard se puso muy contento al volver a ver a su papagayo. En agradecimiento nos invitó a un par de vasos de limonada. Cuando le contamos la historia de la araña gigante con cosquillas se partió de risa. Aunque para mí fue más una historia de terror, no algo tan gracioso. ¿Qué os parece a vosotros?
Aj, tampoco era tan terrible, Ella. Tú estabas conmigo, y yo sabía qué había que hacer
Y ahora te crees un héroe, ¿no?. Bueno, la verdad es que fue muy valiente por tu parte.
Max y Ella a la búsqueda del papagayo azul / Parte 2
Queridos Panda-piratas,
el miércoles os contamos cómo Max tiró la jaula y el Papagayo de Pandabeard escapó del bar pirata.
¡Así es, y por culpa de eso Pandabeard nos amenazó con no volver a dejarnos entrar en su bar!
No queríamos corres ningún riesgo, así que decidimos ponernos manos a la obra y buscar el papagayo. Al principio ni siquiera sabíamos dónde empezar a buscar: ¡nosotros no podemos volar!. Pero después se le ocurrió a Max que podíamos mirar a través del telescopio en la cima del volcán. Así que subimos al volcán.
¡Miramos a través del telescopio y encontramos al papagayo muy rápido! Sus plumas emitían un resplandor azul tan brillante que fue muy fácil verlo. Estaba posado en una rama del bosque encantado.
Bajamos corriendo al bosque… ¡pero ya no estaba allí! Sólo quedaba una pluma azul en el suelo.
el miércoles os contamos cómo Max tiró la jaula y el Papagayo de Pandabeard escapó del bar pirata.
¡Así es, y por culpa de eso Pandabeard nos amenazó con no volver a dejarnos entrar en su bar!
No queríamos corres ningún riesgo, así que decidimos ponernos manos a la obra y buscar el papagayo. Al principio ni siquiera sabíamos dónde empezar a buscar: ¡nosotros no podemos volar!. Pero después se le ocurrió a Max que podíamos mirar a través del telescopio en la cima del volcán. Así que subimos al volcán.
¡Miramos a través del telescopio y encontramos al papagayo muy rápido! Sus plumas emitían un resplandor azul tan brillante que fue muy fácil verlo. Estaba posado en una rama del bosque encantado.
Bajamos corriendo al bosque… ¡pero ya no estaba allí! Sólo quedaba una pluma azul en el suelo.

¿Y si se lo zampó la araña gigante?
¿Y si se lo comió la serpiente?
Ella empezó a llorar.
Pues claro: me daba mucha pena el pájaro tan lindo.
A mi me daba pena no poder volver a entrar en el bar pirata. Estaba muy triste
De repente oímos un graznido: “¡Ellll lllaaa, Maaax!“. ¿De dónde venía lel graznido? ¿Era quizá la voz del papagayo de Pandabeard? ¡Lo sabréis mañana!
¿Y si se lo comió la serpiente?
Ella empezó a llorar.
Pues claro: me daba mucha pena el pájaro tan lindo.
A mi me daba pena no poder volver a entrar en el bar pirata. Estaba muy triste
De repente oímos un graznido: “¡Ellll lllaaa, Maaax!“. ¿De dónde venía lel graznido? ¿Era quizá la voz del papagayo de Pandabeard? ¡Lo sabréis mañana!
Max y Ella a la búsqueda del papagayo azul / Parte 1
Queridos pandas,
Ayer Max metió la pata bien a fondo.
Joooo .. Eso le puede pasar a cualquiera.
Sí, eso es cierto, pero empecemos desde el principio.
Como sabéis ayer estuvimos en el bar pirata. Seguro que vosotros también habéis estado ya. ¿Habéis visto el papagayo en la esquina, con las elegantes y resplandecientes plumas azules?. ¡ Boah, qué bonito! Pregunté a Pandabeard dónde lo consiguió. Él me dijo que es un papagayo muy especial, y sus plumas son muy valiosas. ¡Tan valiosas como diamantes!
Un día el papagayo llegó volando al barco pirata y se posó en el mástil. “Cuando mis hombres vieron el papagayo, se despertó en ellos un ansia irrefrenable”, continuó Pandabeard, “querían desplumarle como se despluma a un pollo, repartirse las plumas y venderlas”. Pero Pandabeard fue más rápido que ellos. Él fue el primero en coger al papagayo y le salvó de una muerte segura. Desde entonces lo cuida como a su propio ojo.
Ah, sí, y por cierto él tiene un solo ojo.
¡Eso es! Así que ya os podéis imaginar cómo de bien lo cuida. Bueno, pues ayer había una bien gorda montada en el bar Pirata: vasos y jarras volaban por el aire, y una alcanzó la jaula del papagayo...
Ejem, si.. Y justo esa la había lanzado yo.
¡La jaula cayó al suelo, la puerta se abrió y el papagayo se escapó!. ¿Os podéis imaginar como se puso Pandabeard con nosotros? “Como no encontréis de nuevo al papagayo y me lo traigáis de vuelta, entonces … entonces … ¡No quiero volver a veros nunca más en mi bar Pirata! ¡Eso es! ¡Quedará prohibido para vosotros!”
Y no queremos que eso ocurra, así que nos pusimos manos a la obra. Pero ¿dónde se busca un pájaro?
Eso os lo contamos el viernes.
Ayer Max metió la pata bien a fondo.
Joooo .. Eso le puede pasar a cualquiera.
Sí, eso es cierto, pero empecemos desde el principio.
Como sabéis ayer estuvimos en el bar pirata. Seguro que vosotros también habéis estado ya. ¿Habéis visto el papagayo en la esquina, con las elegantes y resplandecientes plumas azules?. ¡ Boah, qué bonito! Pregunté a Pandabeard dónde lo consiguió. Él me dijo que es un papagayo muy especial, y sus plumas son muy valiosas. ¡Tan valiosas como diamantes!
Un día el papagayo llegó volando al barco pirata y se posó en el mástil. “Cuando mis hombres vieron el papagayo, se despertó en ellos un ansia irrefrenable”, continuó Pandabeard, “querían desplumarle como se despluma a un pollo, repartirse las plumas y venderlas”. Pero Pandabeard fue más rápido que ellos. Él fue el primero en coger al papagayo y le salvó de una muerte segura. Desde entonces lo cuida como a su propio ojo.
Ah, sí, y por cierto él tiene un solo ojo.
¡Eso es! Así que ya os podéis imaginar cómo de bien lo cuida. Bueno, pues ayer había una bien gorda montada en el bar Pirata: vasos y jarras volaban por el aire, y una alcanzó la jaula del papagayo...
Ejem, si.. Y justo esa la había lanzado yo.
¡La jaula cayó al suelo, la puerta se abrió y el papagayo se escapó!. ¿Os podéis imaginar como se puso Pandabeard con nosotros? “Como no encontréis de nuevo al papagayo y me lo traigáis de vuelta, entonces … entonces … ¡No quiero volver a veros nunca más en mi bar Pirata! ¡Eso es! ¡Quedará prohibido para vosotros!”
Y no queremos que eso ocurra, así que nos pusimos manos a la obra. Pero ¿dónde se busca un pájaro?
Eso os lo contamos el viernes.
Pandabeard y el cocodrilo gigante
¡Hola Pandas!
Como Max no quiso acabar de contarlo, voy a preguntar yo misma a Pandabeard cómo acaba la historia. Así que señor Pandabeard, usted se dejó llevar plácidamente por la corriente, ¿y qué pasó después?
¡Jo, jo! ¿Que qué pasó después? Te lo voy a contar, mi querida Ella. Estaba a punto de echarme una siestecita, porque los rayos de sol me daban calorcito en la barriga, y el canto de los pájaros me adormecía. Así que poco a poco se me iban cerrando los ojos, hasta que de repente algo desde debajo del agua me agarró el bañador y me arrastró hacia el fondo. ¡Zack! ¡Estaba bajo agua! No me dio tiempo a ver lo que estaba pasando, ¡fue todo tan rápido!. Quisé escapar nadando, pero esa cosa me retenía. Pataleé y grité, pero claro bajo agua nadie podía oirme. Y cuando casi me estaba quedando sin aire, de repente descubríuna soga: alguno de mis bravos marineros me la había lanzado desde el barco para ayudarme. Nadé con todas mis fuerzas para alcanzarla. Fue muy duro, te lo puedo asegurar. Estaba arrastrando un considerable peso conmigo, y sin saber exactamente qué era eso tan pesado que seguía agarrado con sus dientes a mi bañador. Con mis últimas fuerzas y casi sin aire conseguí alcanzar la soga y me agarré tan fuerte como pude. Mis hombres me alzaron hacia la superficie. Cuando estaba a media altura me di cuenta cómo aquello que me mordía el bañador de repente se soltaba y caía. Miré hacia abajo y ví la enorme boca de un cocodrilo … ¡pero sin dientes! ¡Los dientes seguían colgando de mi bañador! ¿Te lo puedes creer? ¡El cocodrilo había perdido su dentadura! Debía de ser ya bastante mayor. Necesitamos una palanca muy fuerte para poder separar la dentadura de mi bañador. Luego decidí quedarme con la dentadura como recuerdo de una aventura tan divertida.
Y ahora queda muy bien en el bar, ¿verdad?
¡Sí, queda genial! ¡Y más todavía conociendo la aventura que la llevó hasta allí!. ¡Puh!, una suerte que consiguieses salir ileso de la aventura.
Pues sí, la verdad es que sí. Bueno, pero tengo un agujero en mi bañador preferido.
¡Ja, ja! Eso no es tan grave. ¡Gracias por la historia, Pandabeard!
¡Ja, ja! ¡Ha sido un placer! Tú pregunta. Tengo todavía tantas otras historias en la recámara… Es normal, ¿no?, un viejo pirata como yo ha vivido tantas aventuras…
¡Sería estupendo!
Como Max no quiso acabar de contarlo, voy a preguntar yo misma a Pandabeard cómo acaba la historia. Así que señor Pandabeard, usted se dejó llevar plácidamente por la corriente, ¿y qué pasó después?
¡Jo, jo! ¿Que qué pasó después? Te lo voy a contar, mi querida Ella. Estaba a punto de echarme una siestecita, porque los rayos de sol me daban calorcito en la barriga, y el canto de los pájaros me adormecía. Así que poco a poco se me iban cerrando los ojos, hasta que de repente algo desde debajo del agua me agarró el bañador y me arrastró hacia el fondo. ¡Zack! ¡Estaba bajo agua! No me dio tiempo a ver lo que estaba pasando, ¡fue todo tan rápido!. Quisé escapar nadando, pero esa cosa me retenía. Pataleé y grité, pero claro bajo agua nadie podía oirme. Y cuando casi me estaba quedando sin aire, de repente descubríuna soga: alguno de mis bravos marineros me la había lanzado desde el barco para ayudarme. Nadé con todas mis fuerzas para alcanzarla. Fue muy duro, te lo puedo asegurar. Estaba arrastrando un considerable peso conmigo, y sin saber exactamente qué era eso tan pesado que seguía agarrado con sus dientes a mi bañador. Con mis últimas fuerzas y casi sin aire conseguí alcanzar la soga y me agarré tan fuerte como pude. Mis hombres me alzaron hacia la superficie. Cuando estaba a media altura me di cuenta cómo aquello que me mordía el bañador de repente se soltaba y caía. Miré hacia abajo y ví la enorme boca de un cocodrilo … ¡pero sin dientes! ¡Los dientes seguían colgando de mi bañador! ¿Te lo puedes creer? ¡El cocodrilo había perdido su dentadura! Debía de ser ya bastante mayor. Necesitamos una palanca muy fuerte para poder separar la dentadura de mi bañador. Luego decidí quedarme con la dentadura como recuerdo de una aventura tan divertida.
Y ahora queda muy bien en el bar, ¿verdad?
¡Sí, queda genial! ¡Y más todavía conociendo la aventura que la llevó hasta allí!. ¡Puh!, una suerte que consiguieses salir ileso de la aventura.
Pues sí, la verdad es que sí. Bueno, pero tengo un agujero en mi bañador preferido.
¡Ja, ja! Eso no es tan grave. ¡Gracias por la historia, Pandabeard!
¡Ja, ja! ¡Ha sido un placer! Tú pregunta. Tengo todavía tantas otras historias en la recámara… Es normal, ¿no?, un viejo pirata como yo ha vivido tantas aventuras…
¡Sería estupendo!
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